Los profesionales de la salud somos reconocidos por nuestra capacidad de diagnosticar y tratar, las enfermeras por su especial dedicación al cuidado del paciente y el personal administrativo por su apoyo en el soporte operativo en la atención de salud. Pero estar en una posición directiva es una de las tareas más importantes, pero a la vez con muchos desafíos para cualquier profesional de salud.
Los líderes asumen un rol clave en la atención de salud, haciendo todo lo necesario para que los procesos funcionen, pero sobre todo se enfocan en guiar al personal en el camino hacia los resultados planeados. Por tal motivo, los líderes son esenciales en cualquier organización de salud.
El Liderazgo es la capacidad para influenciar en el personal de salud a trabajar con una visión compartida, un propósito claro y una gran motivación hacia el logro de los mejores resultados en la atención de salud.
Liderazgo no es posición, un título o una designación. Es en esencia un rol que un profesional asume independientemente de su cargo. Los líderes generan influencia a través de ciertas conductas:
- Integridad y confianza.
- Pensamiento innovador.
- Construir relaciones.
- Motivación constante.
- Desarrollo del personal.
Los líderes en la atención de salud tienen la necesidad de ser efectivos, es decir conseguir un impacto sostenido en tres aspectos:
- Transformación de la calidad de la atención.
- Fortalecimiento de la seguridad del paciente.
- Mejora de la experiencia del paciente.
Las demandas de trabajo administrativo serán siempre un reto habitual, sin embargo, los procesos donde están apareciendo problemas de calidad y en especial aquellos que están afectando la seguridad del paciente deben ser la prioridad para todo líder. Asimismo, su papel en la tarea de construir equipos clínicos es clave para hacer efectiva cualquier iniciativa de mejora institucional, funcionando como agente de cambio y como ejemplo modelo para el personal de salud.
La generación actual de líderes clínicos necesita de varias competencias claves como promover la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la cultura de seguridad, sin dejar de estar cerca del paciente. El líder efectivo está enterado de cómo se desarrolla la atención y que oportunidades de mejora existen para formar equipos de trabajo y actuar según la necesidad.
